No sé en qué estás pensando. Tienes ante ti lo que llevas tanto tiempo buscando. Ha llegado a tu estación el tren por el que una vez te sentaste a esperar. Sabías que aparecería, y aquí lo tienes.
¿A qué esperas? ¿Tienes miedo? ¿De qué? Lo único que puede ocurrir es que pase de largo y no pare, pero entonces no habrás perdido nada. ¿No te atreves a subir al tren por temor a dónde te pueda llevar? A veces es necesario lanzarse al vacío, asumir los riesgos si queremos obtener algo a cambio.
¿Te falta valor? Los seres sin valor nunca alcanzan sus objetivos. Ya pasaste de largo una vez, excusándote en los vientos de Poniente. La casualidad te ha dado otra oportunidad, y parece que volverás a desaprovecharla.
Más vale intentarlo ahora, que aún puedes darte la vuelta y volver a casa. Si no, será demasiado tarde para escapar de la estación.
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