miércoles, 26 de enero de 2011

Cuando no queda nada

- ¿Qué sucede cuando ya has intentado

olvidar,
reír,
esperar,
imaginar,
urdir,
querer,
gritar,
entender,
mirar,
morir,
amar,
evitar,
temer?

¿Qué queda cuando ya no te queda nada?

- Aún me resta volver a temer y evitar, querer, urdir, imaginar, esperar, reír y olvidar, gritar, entender, mirar, morir y amar. Cuando uno está convencido de que el destino es el correcto, no importa el número de veces que deba rehacer su camino.

domingo, 23 de enero de 2011

El penúltimo trago

Tres cervezas mal tiradas
en un bar de carretera a las 2 de la mañana
eran la única compañía,
tal vez único refugio de este perro vagabundo.
Tres cervezas ya templadas
que a sorbos de gigante impregnaron las pupilas
del recuerdo de la esencia del mango
y la penumbra de aquel antro convertido
en paraíso de principios de pasiones y finales de intenciones.

Y esas noches inventadas
por sentir las yemas de los dedos
acariciadas por suspiros
y los labios cuarteados por calor de los latidos.
Noches derrumbadas por un despertador
que anquilosa los pies al suelo
y las llagas a los huesos.

Fue el intento vano de tratar de apagar el Sol
con pistolas de agua en mano
lo que provocó que se secara este estanque de pretextos.

Y es que siempre se atragantan
esas dos simples palabras
tras el té de media tarde,
tras ese aliento amargo
que destilan los sentidos que tropiezan nuestros pasos.

Una vez dados
la última calada y el penúltimo trago
todo quedó claro.

Todo permaneció oscuro.

domingo, 16 de enero de 2011

La ciudad de los espejos sin nombre

Por si aún puedes oírme,
hoy quiero decirte que el ayer sigue presente, y tal vez futuro.

Que nada ha cambiado.
O quizá todo, pero el resultado es el mismo.

Que siento atracción por los caminos imposibles.
Aunque no quiera, aunque no deba.
No es mi decisión, ojalá lo fuera.

Por si aún puedes verlo,
hoy vuelve a impactar el Sol en mis pupilas, asomando entre las nubes de metal.
Un Sol que quema, que me ciega, que me impide respirar.

Por si aún puedes sentirlo,
hoy vuelve a soplar el viento en la ciudad de los espejos sin nombre,
de las preguntas sin respuesta,
de las paradojas emocionales,
de los cientos de mentiras que resuenan en los callejones.

Por si aún quieres tocarme,
hoy vuelvo a sentarme en el banco de la plaza central,
allí donde no habita nadie,
donde no se escucha un alma,
esperando el momento en que decidas venir a buscarme.

Esperando en esta ciudad donde nunca sucede nada.

martes, 11 de enero de 2011

En el cajón

Caíste en el cajón de los quizá, de los tal vez,
de los no por el momento, pero puede que más adelante,
de los de dejar la puerta abierta por si decides entrar,
de los caminos intermitentes,
de los juegos de palabras,
de los de asomarse al precipicio y esconderse nuevamente,
de las marcas ocultas,
de las dobles intenciones,
de las escaladas infinitas.

De negarse a aceptar la realidad.
La realidad de que no existe un cajón, sólo resignación disfrazada.

jueves, 6 de enero de 2011

Coraza

Pareció que dormías sujeta a la Luna, como si fueras capaz de reconciliar el Universo bajo tus perfumes de plata. Eran tan rápidos tus pasos que no me veía capaz de alcanzarlos, tan firmes que carecía de convicción para emularlos, tan serenos que no tuve el valor de alterar su rumbo.

Al menos eso pensé cuando tu fachada de felicidad invadió mis guaridas más recónditas, cuando tu húmedo aliento desempañó mis pupilas. Es lo que creí en el momento en que ya no supe contener esos inocentes huracanes originados por el vaivén de tus palomas blancas.

Nunca podría haber imaginado que mis pies bailaban sobre un falso suelo, que ocultabas un vacío en las fronteras del abismo, y por un momento sentí impotencia y desengaño. En realidad, sé que me mostraste el paraíso para no preocuparme con tu infierno.

Mas no habría dudado en tomar tu mano para tratar de que salieras de él.

No habría dudado en descender allí contigo.

domingo, 2 de enero de 2011

Vértigo

Colillas húmedas hundidas en barro.
Palomas blancas en el andén.
Noches en vela contando palabras, inventando pretextos.
Tormentas de verano, mareas al alba, susurros ahogados.

Vértigo.

¿Lo recuerdas?
Yo ya casi lo había olvidado, pero está renaciendo de entre los escombros.