sábado, 27 de noviembre de 2010

Senderos circulares

Volverá a caer la nieve sobre los tejados.
Fría, distante, suave, ligera.

Pero no es posible saber
si podrán soportar el peso
de este nuevo temporal
de tinieblas reincidentes.

Volverá a llover sobre mojado.
Como cada vez que se asoma el Sol por un instante entre las nubes negras de este cielo verde y gris.

Sin dejar respirar
a estos restos de raíces
que se aferran a un destino
de caídas en picado.

Se antoja difuso el punto en que el viento sople las cenizas del incendio que hace tiempo se extinguió y la ventura no alcanzó a reanimar.

Me preguntas inmutable
cómo pienso que he perdido
sin haber aún pretendido
iniciar esta batalla.

Son las huellas del camino, que me muestran sin reparo que he vuelto a los inicios tras haber rodeado las paredes del pasado.

Huellas ahora desgastadas,
que un día fueron nuevas y cargadas de esperanza
y que me recuerdan con templanza
que si piso nuevamente
seré llevado por la corriente
de las noches apagadas.

Mas no es momento de detenerse. Quizá esta vez se muestre claro el desvío en que aguarda el rocío del verano.

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