martes, 16 de noviembre de 2010

Palomas verdes

Me preguntas si aún me duele,
si las huellas ya marchitas
de las noches de verano
apaciguan mis temores,
si mi universo de valores
puede volverme hoy humano
o destruí los rincones
en que albergaba las razones
para seguir olvidando.

Me confiesas que aún careces
de pretextos suficientes
para ahuyentar de mi lado
aquellas palomas verdes
que aún regresan a veces
cuando abres tus balcones
y te asomas sin pensarlo.

Y yo ya no sé qué decirte,
no encuentro forma de explicarte
que cada pequeña mirada
que intercambian nuestros ojos
es como un manto de flores
que reverbera en los albores
de mi frágil corazón roto.

No hay manera de ilustrarte
los conflictos de mi mente
si enmudezco con mis manos
los clamores de mi anhelo,
pues no hay más pesar que el deseo
que es posible envolver con los dedos
sin llegar siquiera a rozarlo.

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