lunes, 25 de abril de 2011

Horizonte cero

Y es esa sensación
de vértigo y ensoñación
que deambula como perdida por cada centímetro de tu cuerpo
la que desvela cada madrugada,
la que te obliga a respirar
con actitud entrecortada
cada instante en que recuerdas
aquel cercano despertar.

Una intromisión inesperada
acaecida tras un atardecer
en que tu razón se desbocó
y las excusas inventadas
para apartar de tu resquicio aquella brisa templada
fueron usurpadas por una curiosidad
cuyo impoluto guante blanco
decidió por fin abandonar
el terreno de la duda.

Para qué mirar detrás
o tal vez demasiado adelante
si cada segundo que descubres
ignorando tu presente
es una batalla perdida,
un retazo distraído
apartado del abismo
al que se debía asomar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario