domingo, 16 de enero de 2011

La ciudad de los espejos sin nombre

Por si aún puedes oírme,
hoy quiero decirte que el ayer sigue presente, y tal vez futuro.

Que nada ha cambiado.
O quizá todo, pero el resultado es el mismo.

Que siento atracción por los caminos imposibles.
Aunque no quiera, aunque no deba.
No es mi decisión, ojalá lo fuera.

Por si aún puedes verlo,
hoy vuelve a impactar el Sol en mis pupilas, asomando entre las nubes de metal.
Un Sol que quema, que me ciega, que me impide respirar.

Por si aún puedes sentirlo,
hoy vuelve a soplar el viento en la ciudad de los espejos sin nombre,
de las preguntas sin respuesta,
de las paradojas emocionales,
de los cientos de mentiras que resuenan en los callejones.

Por si aún quieres tocarme,
hoy vuelvo a sentarme en el banco de la plaza central,
allí donde no habita nadie,
donde no se escucha un alma,
esperando el momento en que decidas venir a buscarme.

Esperando en esta ciudad donde nunca sucede nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario